lunes, 6 de agosto de 2012


FALTA DE COMUNICACIÓN

La psicóloga Candy Córdova dijo que las últimas estadísticas reflejan que las adolescentes están teniendo relaciones sexuales a más temprana edad; por ejemplo, en las muchachas se da entre 15 y 16 años y en los varones, de 13 a 14 años.

“Varios factores desencadenan esta situación, como la falta de comunicación entre los padres o la poca educación en el hogar.


A muchos papás se les hace difícil tocar el asunto por vergüenza o miedo y piensan que si hablan de ello con sus hijos, los inducirán a hacer algo, pero eso no es cierto. Entre más informado esté un joven, tiene mayor determinación para tomar decisiones acertadas”, indica Córdova.
La profesional lamenta que en los colegios y escuelas no exista una materia específica enfocada en la sexualidad, “se habla de una forma biológica y la información es muy breve.

Algunos muchachos quieren saber más, pero les da pena preguntarles a sus padres, porque ellos, en vez de aconsejarlos, los reprenden. Entonces buscan consejos en otras personas que suelen orientarlos mal”.

Otro grave problema es que casi siempre hay fuerte presión sobre las jóvenes embarazadas. Algunas se ven orilladas a abandonar sus estudios, sufren agresiones de su familia y del entorno, tienen menos oportunidades de conseguir empleo y se interrumpe su proyecto de vida, sin olvidar que deben educar a su hijo en un ambiente desfavorable, indica Córdova.


Estas presiones pueden orillarlas a tomar la decisión de recurrir a un aborto. Algunas veces hasta sus novios las obligan a tomar esa decisión. “Se requiere un esfuerzo colectivo en que se proporcione información adecuada sobre sexualidad a la población para evitar este problema”, comenta.

Ante el incremento de embarazos en jóvenes, se creó en San Pedro Sula un programa de prevención dirigido por Comunicación y Vida, Convida.

“Desde marzo de 2010 se desarrolla el programa de las panzas y los bebés virtuales y se imparten charlas de educación sexual en los colegios y a jóvenes de varias comunidades, dice Claudia Flores, coordinadora de los educadores.

Este proyecto de las panzas y los bebés virtuales no está funcionando actualmente, pero se espera reanudarlo este año. Mientras tanto, continúan las charlas y las capacitaciones de jóvenes líderes para que lleven el mensaje a sus compañeros.

“Debido a la necesidad de orientar a los jóvenes y promover los valores perdidos, nuestro compromiso es trabajar en coordinación con los maestros y padres de familia aplicando un programa de educación en valores”, dijo Elena Argentina Flores, orientadora de del instituto San Vicente de Paúl. “Una vez al mes nos reunimos con padres y maestros para hablar de valores como el respeto, el amor y la integridad, con el propósito de formar jóvenes integrales que ayuden a la sociedad”, explicó.
Consejos de expertos

Los expertos coinciden en ciertos factores afectan a las muchachas: uno de ellos es la desinformación. No sólo es determinante la falta de conciencia sobre la sexualidad y los anticonceptivos, sino que quienes tienen más conocimiento de estos asuntos no siempre lo aplican. Además, todavía hay muchos tabúes y deficiencias en la educación escolar.

Algunas investigaciones muestran que los adolescentes conocen los métodos para prevenir el embarazo e incluso saben cómo funcionan, pero no los usan.

La familia disfuncional es otro de los factores. Más del 80 por ciento de los embarazos de adolescentes se presentan en quienes provienen de hogares en las que prevalecen la incomunicación, la falta de afecto y las relaciones problemáticas.


1. La prevención sí es posible. Hablar de salud reproductiva es uno de los puntos más importantes, pero la experiencia indica que la información es más efectiva cuando los hijos aprenden de sexualidad desde edad temprana.
Un buen apoyo para los padres son los cursos y talleres en los que se habla del uso e importancia de los métodos anticonceptivos y la manera de evitar un embarazo o contraer una infección de transmisión sexual.
2. Es de gran importancia que la relación entre padres e hijos sea abierta, afectuosa, con buenos canales de comunicación, y que ponga en práctica la empatía (que los mayores traten de ver “del lado del adolescente” y viceversa).
3. Los padres deben librarse del miedo de hablar de sexualidad y reconocer que, cuando no conocen un tema, deben buscar información juntos, de modo que el joven comprenda que hay apertura y se le toma en cuenta.

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